Los fondos mutuos son patrimonios o portafolios de recursos que se conforman con el dinero que aportan muchas personas. Este dinero es colectado por una Sociedad Administradora de Fondos Mutuos (SAFM), la cual lo invierte en diversos instrumentos financieros, como acciones, bonos, depósitos bancarios, monedas, entre otros.
Esto hace posible que las personas accedan a una inversión diversificada y a la par a una gestión especializada por parte de las SAFM.
Tipos de Fondos mutuos
Según la composición del portafolio en el cual ha invertido el fondo, podemos identificar de fondos mutuos:
Renta Variable: Cartera principalmente integrada por activos bursátiles, como por ejemplo,
acciones.Es por esta razón que este tipo de fondos son los más riesgosos del mercado pues exhiben tanto los mayores rendimientos como las mayores pérdidas.
Renta Fija: La mayor parte de la inversión se destina a la compra de bonos o demás papeles de deuda. Es importante notar que la denominación de renta fija no indica que todos los meses se percibirá la misma rentabilidad, ya que las cotizaciones de los bonos que tienen fluctúan a diario al igual que las acciones. Sin embargo, se les denomina de renta fija porque la volatilidad esperada de este tipo de fondos es significativamente menor a la de los fondos variables.
Renta mixta: Cartera balanceada entre acciones y bonos.
Este tipo de fondos exhibe rendimientos no tan elevados como los de renta variable, pero nos da la ventaja de afrontar un menor riesgo, en sentido que las pérdidas que podrían tener lugar serán menores a los de renta variable pero mayores que las de renta fija.
Corto Plazo: Al igual que los fondos de renta fija, los fondos de corto plazo adquieren papeles comerciales e instrumentos de corto plazo, esto les permite reaccionar de manera más rauda ante shocks en el mercado financiero, razón por la cual son instrumentos de bajo riesgo. Sin embargo, sus rendimientos son bastante moderados.
Interfondos: Son aquellos cuyo rendimiento está asociado a los instrumentos del extranjero que han sido adquiridos por nuestra SAFM, estos activos pueden ser acciones, bonos, entre otros.
Es importante notar que los fondos mutuos no son como los depósitos a plazo, pues la rentabilidad que obtendremos no necesariamente será la misma a la que se registró en períodos anteriores. Los fondos mutuos no son medios de ahorro, en su lugar son medios de inversión y, como tales, su rendimiento futuro será incierto.
Dicho rendimiento dependerá de la evolución de las cotizaciones de los instrumentos financieros que haya adquirido nuestra SAFM, los cuales en su mayoría, son activos listados en nuestra plaza bursátil.
Es por esta razón que cuando la bolsa se muestra a la baja, usualmente la mayoría de fondos mutuos acompaña esta trayectoria, aunque la magnitud de las pérdidas será diferente dependiendo del tipo de fondo que elijamos.
Por otro lado cuando la bolsa genera ganancias, la magnitud de nuestras ganancias también dependerá
de nuestro tipo de fondo.
La inversión en fondos mutuos no tiene un plazo predeterminado. En su lugar, cada participante puede solicitar el retiro total o parcial de su inversión en cualquier momento (a veces exigen un plazo mínimo de permanencia que en nuestra realidad no superan los 180 días, pero que en la mayoría de casos es de 7 días).
De otro lado, los montos mínimos para invertir suelen ser reducidos (usualmente entre US $ 100 o también S/. 500 soles); aunque unos pocos exigen cantidades sustantivas de inversión.
Para participar en algún fondo se debe adquirir cierta cantidad de “participaciones” en el mismo.
Estas participaciones se conocen Cuota y su costo (llamado Valor cuota) se comporta como el precio en libros de una acción. Esto es, se calcula dividiendo el patrimonio total del fondo entre el número de cuotas que tienen los partícipes.
Actualmente existen 52 fondos disponibles en el mercado, los que se clasifican de acuerdo al objetivo de inversión que persiguen.
De esta manera, tenemos fondos de renta variable que invierten mayoritariamente en acciones, fondos mixtos que reparten sus inversiones entre acciones y bonos, fondos de renta fija, los cuales participan invirtiendo en instrumentos representativos de deuda, y fondos de corto plazo que se orientan a inversiones de muy corto vencimiento (un año cuando mucho).
El valor cuota evoluciona conforme lo hace el precio de cada uno de los instrumentos en los que el fondo ha invertido. Eso significa que dicho valor cambia todos los días y a veces lo hace hacia abajo (es decir, podríamos perder durante algún tiempo). Lo que siempre se espera, y ello lo corrobora la experiencia observada, es que las inversiones del fondo tengan éxito, y por tanto el valor cuota del fondo vaya en aumento.
Por ejemplo, si se suscribió una cuota de S/.100 en algún Fondo y al cabo de tres meses, la cotización de los instrumentos en los que se invirtió registró un incremento, el valor cuota se incrementará, digamos a S/. 118. En este caso, nuestra rentabilidad en 3 meses habría sido 18%.
Lo primero es identificar qué tipo de fondo me acomoda y para ello es importante saber qué objetivos personales estoy procurando con mis ahorros. Usualmente, cuanto más lejanos son mis objetivos puedo buscar rendimientos de más largo plazo (pudiendo tolerar pérdidas pasajeras de corto plazo) y para ello invertir parte o todo en acciones, termina brindando buenos resultados. Por otro lado, si soy muy cauteloso y conservador, quizás prefiero mantenerme en instrumentos de deuda con la expectativa de ganar una tasas de interés conocida, y busco más bien los fondos de renta fija.
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